Así como Eva tentó a Adán a morder de la manzana prohibida en mi caso no ha sido Eva quien me ha tentado sino el frutero que hay en la cocina del apartamento de mis abuelos y al ver esta manzana roja que tengo en las manos no me he podido resistir.
Hoy ha sido mi primer día en el que me he liado a mordiscos a comerme una manzana con piel y todo porque, por si no me la devolvían, no he dejado que me pelaran la fruta, eso sí bien lavadita estaba.
La verdad es que al final la piel de la manzana no me la he comido, está dura y no me hacía gracia por lo que a medida que iba dando un mordisco iba sacando la piel y comiéndome la pulpa.
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